Los siete años previos a la revolución las empresas norteamericanas sacaron de la nación caribeña unos 800 millones de dólares.
Muchos sectores económicos fueron sacrificados en favor de la producción de azúcar para el mercado estadounidense, lo que convirtió a Cuba en importador neto de alimentos, bienes de consumo y materias primas.
Asimismo la isla tenía estrechos vínculos con EEUU en el ámbito militar y, de hecho, desde 1903 albergaba una base naval del país vecino en Guantánamo.
Las relaciones se deterioraron drásticamente con la llegada al poder de Fidel Castro, quien en mayo de 1959 decretó la expropiación de las tierras y la nacionalización de las compañías azucareras, telefónicas y eléctricas que pertenecían a los estadounidenses.
Tras el rechazo de las autoridades revolucionarias a resolver las disputas por los bienes nacionalizados, Washington cesó la entrega de petróleo y dejó de comprar el azúcar cubano.
El 2 de enero de 1961 EEUU rompía relaciones diplomáticas con Cuba.
Tres meses después el gobierno norteamericano apoyó el desembarco de uno 1.500 exiliados cubanos en la bahía de Cochinos, pero la operación fracasó.
Washington incrementó la presión y en enero de 1962 la Organización de Estados Americanos excluía a Cuba.
A instancias de la Casa Blanca, casi todos los países latinoamericanos rompieron relaciones diplomáticas y económicas con la isla caribeña, excepto México.
La tensión aumentaba y alcanzó su punto de ebullición durante la "Crisis del Caribe", cuando la Unión Soviética desplegó en territorio cubano misiles con ojivas nucleares que apuntaban a EEUU.
En febrero de 1963, las autoridades norteamericanas emitieron las Regulaciones para el Control de los Recursos Cubanos, convirtiéndolas en la baza de su estrategia hacia el país caribeño.
Tres años más tarde EEUU prohibía a sus ciudadanos viajar a Cuba.
En las décadas de los 60 y 70 del siglo pasado la política exterior del gobierno de Fidel Castro estaba marcada por la confrontación con Washington.
Sin embargo, a finales de los años 70 se aliviaron las limitaciones a los viajes de los ciudadanos estadounidenses a Cuba y viceversa, y se permitió a los exiliados visitar su país.
El 30 de mayo de 1977 ambas naciones pactan intercambiar a partir del 1 de septiembre de ese mismo año misiones diplomáticas a nivel de "secciones de intereses".
Las relaciones bilaterales recibieron cierto impulso durante los procesos que vivió el mundo en la década de los 90.
Así el gobierno cubano condenó los actos terroristas que golpearon Nueva York y Washington en septiembre de 2001.
Los congresistas y personalidades públicas de EEUU empezaron a visitar con frecuencia la isla caribeña y a principios de 2002 Fidel Castro recibió a un nutrido grupo de parlamentarios y empresarios norteamericanos que al final de la reunión expresaron su disposición de promover el levantamiento del embargo.
Todo ello llevó a un cierto deshielo de las relaciones entre los dos estados.
En mayo de 2002 visita Cuba el expresidente Jimmy Carter, quien había propuesto un plan para normalizar los lazos.
Durante el gobierno de George W. Bush, el Congreso autorizó la exportación de productos agrícolas a Cuba.
Barack Obama anunció una nueva política hacia la isla que contemplaría la revisión de las sanciones.
El 10 de diciembre de 2013, en los funerales de Nelson Mandela en Sudáfrica, el dirigente cubano Raúl Castro estrechó la mano al presidente Obama, constituyendo el primer encuentro personal de los líderes de ambas naciones desde la revolución cubana de 1959.
Medio año después de este hecho, la edición uruguaya Búsqueda reveló, citando a fuentes oficiales, que el presidente José Mujica había transmitido a Raúl Castro un mensaje de Obama.
El 17 de septiembre de 2014 la Habana excarceló al estadounidense Alan Gross preso desde 2009 y lo canjeó, junto con otro ciudadano norteamericano, por tres agentes antiterroristas cubanos que permanecía en una cárcel de EEUU por presunto espionaje.
Aquel mismo día, los presidentes de los dos países mantuvieron la primera conversación telefónica desde la revolución cubana, en la que abordaron el avance de las relaciones, el canje de presos y una posible colaboración en problemas como el Ébola, el terrorismo y el contrabando.
El 17 de diciembre Obama anunciaba la normalización de los lazos bilaterales, una medida que contemplaba el restablecimiento de las relaciones diplomáticas, el levantamiento de algunas restricciones en los ámbitos de las finanzas, el comercio y los viajes a la isla, y la eliminación de la isla de la lista de estados que promueven el terrorismo.
El presidente estadounidense declaró también que estaba listo para negociar en el Congreso la derogación del embargo de más de medio siglo de duración, admitiendo que casi no había tenido efecto.
Desde diciembre de 2014, cuando EEUU y Cuba anunciaron el deshielo de sus relaciones, Washington y La Habana sostuvieron varias rondas de consultas sobre diversos temas.
Para proseguir el diálogo, Cuba planteó el levantamiento del embargo, que le ha generado pérdidas por más de 100.000 millones de dólares, y la devolución de Guantánamo.
