Una vez que una persona introduce la contraseña de un solo uso para realizar operaciones bancarias en Internet, el programa maligno hace automáticamente una transferencia a otras cuentas.
“En total el año pasado fueron detectados 1.876 casos de transferencias no autorizadas de fondos desde cuentas de usuarios a otras cuentas durante operaciones bancarias en Internet”, dice el comunicado de la Policía.
Añade que el daño causado por el virus equivale a unos 24 millones de dólares, “una cifra récord”.
En cuanto a los 44 ordenadores que fueron afectados por el virus en Japón, la Policía solicitó la colaboración de cientos de proveedores del país. Respecto a los demás 38.000 ordenadores que podrían haber sido afectados desde el extranjero, se ha iniciado una investigación con la ayuda de la Interpol.