Lee Min Bok ha enviado miles de copias de la película con unos globos de helio que suelta en la frontera para que el viento los lleve hacia suelo norcoreano.
Las cámaras internacionales siguieron a Lee este fin de semana durante su cuarta acción en lo que va de año.
Los globos incorporan un temporizador que asegura que la carga caiga ya en terreno norcoreano.
La táctica de los globos es la habitual entre los activistas para que la propaganda antinorcoreana pueda cruzar la frontera.
Dada la alta densidad de tropas en la frontera terrestre, la única opción es el aire.
"El régimen odia esta película porque muestra a Kim Jong-un como un hombre, no como un Dios. Llora y tiene miedo como nosotros y al final es asesinado", justifica Lee, quien huyó de Corea del Norte dos décadas atrás.
Los globos son un problema para los gobiernos a ambos lados del Paralelo 38.
Corea del Norte ha exigido en varias ocasiones a las autoridades surcoreanas que prohíba esas actividades.
Seúl es consciente que los globos entorpecen las relaciones bilaterales y ponen en peligro la seguridad de los que residen cerca de la frontera pero las permite porque están amparadas por la libertad de expresión.
La película "La entrevista" desató un conflicto diplomático entre Pyongyang y Washington el pasado año cuando la primera la calificó de "gratuito acto de guerra".
Las amenazas norcoreanas forzaron a la productora Sony a cancelar su estreno en cines.
La compañía alegó haber sufrido un ataque de ciberpiratas norcoreanos que robaron información sensible para chantajearla, algo que Pyongyang negó.
Las críticas masivas, entre ellas de Barack Obama, presidente estadounidense, empujaron a Sony a emitirla por internet.