Así lo señaló este miércoles el diario brasileño Folha de Sao Paulo el cual se habría basado en el testimonio de dos altos cargos de la diplomacia del país que acompañan el proceso de negociación.
Esta sería la condición indispensable que exige Rousseff para realizar su visita de Estado a Washington, pendiente desde junio de 2013.
Al parecer, el Consejo de Seguridad Nacional de los EEUU estaría revisando la lista de líderes mundiales espiados por la NSA y el propio Obama habría pedido que se dejase de espiar a la canciller alemana Ángela Merkel, sin embargo, un reportaje de The New York Times confirmó que los presidentes de México y Brasil continúan siendo objeto de espionaje.
Según Folha, Rousseff habría montado en cólera con la información por lo que sus asesores estarían montando una reunión informal entre la presidenta y Barack Obama durante la estancia de ambos en Panamá para tratar el asunto de la visita de Estado.
Las revelaciones del exigente de la NSA, Edward Snowden, en junio de 2013 causaron gran conmoción en Brasil y supusieron en la práctica una ruptura de relaciones entre los gobiernos de Dilma Rousseff y Barack Obama.
Desde hace meses se ha observado un claro reacercamiento por ambas partes que se vio reforzado por la visita del vicepresidente norteamericano Joe Biden a la toma de posesión de Rousseff en enero.
Tanto la reunión del ministro de Exteriores de Brasil, Mauro Vieira, quien fue exembajador en Washington, con la asesora de Seguridad Nacional de EEUU, Susan Rice, como la llamada telefónica de Joe Biden invitando a Rousseff a una visita de Estado han sido observados como un gran avance en las relaciones de ambos países.
El papel de Brasil como principal intermediario en el fin del embargo económico a Cuba mediante la figura del asesor de la Presidencia, Marco Aurelo García, reforzó también la importancia de las relaciones entre los Estados Unidos y Brasil, siendo este el país clave para restablecer las relaciones con los países de los bloques de Mercosur y Unasur.
