La indemnización, que supone una cifra récord para una condena injusta en la historia de EEUU, es resultado de un acuerdo legal, informó el viernes el bufete de abogados Loevy & Loevy, con sede en Chicago, que se encargó del caso.
21 de febrero 2014, 12:15 GMT
En 1992, Juan Rivera fue declarado culpable de la violación y el asesinato de una niña de 11 años.
La condena se produjo a pesar de que la única prueba en su contra fue una confesión autoincriminatoria que hizo coaccionado tras cuatro días de un interrogatorio intenso y abusivo.
El hombre pudo recuperar la libertad solo dos décadas más tarde, en enero de 2012, después de que una prueba de ADN descartara su implicación en el crimen.