Dos voluntarios de 17 años entregaban propaganda de la Unión Sionista convencidos de que lo que necesita Israel es "un cambio" y "unos líderes responsables", como indican sus carteles de propaganda electoral.
"Queremos que Netanyahu se vaya a casa porque ha dado muchos beneficios a los ricos y la gente de clase media como yo estamos en una situación muy complicada", comenta el joven Avi a Sputnik Nóvosti.
"Gastamos lo que ganamos, no podemos ahorrar", añade su compañera de voluntariado político, Noa, que ofrece folletos de propaganda en francés. En este barrio y el siguiente viven muchos judíos de origen francés.
La coalición de centro-izquierda tiene intención de arrebatarle el poder a Netanyahu, y si fuera por los votantes que hay en la cola de la Escuela Adam, el líder del Likud perdería las elecciones.
"Acabo de votar, a ver si mi gente decide que ya basta, que ya está bien de usar medidas fascistas, de miedo y de odio", indica Barda, una madre de familia que vive en este acomodado barrio de Jerusalén pero que es originaria de Holanda.
"He votado a Meretz, como casi siempre. No tengo claro que vayan a entrar en el Parlamento y los necesitamos en el nuevo gobierno, si gana Herzog, para que lo lleve hacia la izquierda", dice Barda, casada con Ahmed, palestino con nacionalidad israelí que acaba de votar a la Lista Conjunta árabe.
"No sé si podrán conseguir igualdad de derechos para los árabes, pero hay que darles una oportunidad", añade Ahmad, que se dirige a sus dos hijos en árabe, mientras su esposa lo hace en hebreo.
Barda y Ahmed esperan un cambio con todas sus fuerzas. Están horrorizados por las declaraciones de Netanyahu ayer en las que dijo que si vuelve a gobernar no se creará un Estado palestino.
"Es un manipulador, es deshonesto, manipula al electorado con sus propias obsesiones, es un hombre enfermo como (el expresidente yugoslavo Slobodan) Milosevic", asegura Barda.
En la misma escuela ha votado Liam, un padre de familia en la cuarentena que asegura haber decidido su voto esta mañana. "Es tiempo de revolución en Israel. Creo que es bueno cambiar al primer ministro tras seis años seguidos en el poder", comenta Liam.
"Tenemos muchos problemas sociales y el Gobierno de Netanyahu no ha hecho bastante por nosotros", apunta Liam, que ha votado a Moshe Kahlon, el líder del nuevo partido Kulanu (Todos Nosotros), exmiembro del Likud.
A las 10 de la mañana ya había votado en Israel el 13,7% del electorado, un 20% más que a la misma hora en las dos últimas elecciones (2013 y 2009), lo que indica que los ciudadanos están más interesados esta vez en su futuro Gobierno.
Según los analistas, la alta participación debería de favorecer más a la izquierda, que suele abstenerse más.