"El sistema puede funcionar en modo continuo durante 720 horas y tratar hasta 250 kilogramos de residuos radiactivos por hora; la temperatura en el horno fundidor asciende a 1.800 grados Celsius", informa la nota de prensa publicada en la página web de Rosatom.
El nuevo sistema transformará residuos radiactivos en una substancia similar al vidrio, que luego se colocará en un contenedor para su entierro final.
El proceso de tratamiento es seguro y permite reducir sensiblemente la cantidad de desechos radiactivos.
Los gases de incineración se someterán a múltiples niveles de purificación antes de llegar a la atmósfera.
Anteriormente se informó que la vida útil prevista del sistema es de 30 años; se planea que por ahora trate únicamente residuos nucleares procedentes de la central Novovorónezhskaia.
Entre las ventajas del proceso plasmático frente el método de incineración destaca la ausencia de necesidad de separar distintos residuos, así como una reducción significativa de la proporción de elementos perjudiciales en los humos.
La compañía Energospetsmontazh fue el contratista principal del proyecto de construcción.
