En solo dos años, de 2012 a 2014, se ha multiplicado por siete la cifra de peticionarios de asilo que llegan de Siria, un país devastado tras cuatro años de guerra.
Según los datos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en España, que hoy publica la cadena SER, a considerable distancia de los sirios aparecen otras nacionalidades como los 946 demandantes de asilo de Ucrania, 620 de Malí, 309 de Argelia, 209 de Palestina, 161 de Nigeria, 144 de Pakistán, 115 de Irak y 126 de Somalia.
La apertura de dos oficinas de asilo en Ceuta y Melilla, las dos ciudades españolas en el norte de África, ha disparado este tipo de peticiones.
“La evolución ha sido muy positiva porque desde septiembre se puede solicitar asilo en la frontera de Melilla, en Ceuta también pero nadie lo ha pedido", afirma Marta García responsable de la unidad de protección de ACNUR en España en declaraciones a la radio.
Desde septiembre a febrero "más de 1.000 sirios han pedido asilo en frontera al entrar a Melilla, han podido entrar a territorio nacional y pedir protección sin necesidad de recurrir a ningún medio ilegal ni a sobornar a nadie ni a arriesgar su vida”, informa García.
“Con la implantación de las oficinas de asilo la tendencia va en aumento, entramos en el quinto año de conflicto en Siria, hay 6 millones de desplazados forzosos por esa guerra y el movimiento de gente es muy patente, si a esto se añade las dificultades para entrar en Europa y pedir protección, pues hace lógico que como alternativas a la vía del mar prueben otras como ésta de Melilla”, añade.
La responsable de ACNUR recuerda, sin embargo, que estas cifras son muy bajas si se comparan con el resto de Europa, aunque mejora por primera vez el porcentaje de concesión, que supera el 40%.
“5.943 solicitudes de asilo en 2014 en España, comparado con otros países europeos, son cifras muy bajas, si ves Italia solo hasta octubre, 43.000, en Reino Unido 23.000, en Alemania más de 100.000, así que esas 5.900 solicitudes en España teniendo en cuenta el lugar geográfico, los conflictos cercanos, etc., pues son muy pocas para el número de solicitudes que debería recibir España”, recalca García en su análisis de 2014.