Anteriormente la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios(OCHA) informó que a consecuencia de este evento climático, solo en una de las provincias del país podrían haber muerto hasta 44 personas.
Además la OCHA prometió asistir al Gobierno de Vanuatu en la respuesta al desastre, cuyos efectos devastadores aún son imprecisos.
El presidente de la isla, Baldwin Lonsdale, quien se encuentra en Sendai, Japón, con motivo de la Tercera Conferencia Mundial de Naciones Unidas sobre la Reducción de Riesgos de Desastres, ya se dirigió a la comunidad internacional para pedir su ayuda.
"En nombre de mi Gobierno y los habitantes de Vanuatu pido que la comunidad internacional extienda una mano de ayuda para responder a esta catástrofe tan inmediata que nos ha golpeado", declaró.
Según los medios de prensa locales, este viernes el ciclón alcanzó la categoría cinco, con velocidades del viento en el epicentro cercanas a los 250 kilómetros por hora.
Parte de las viviendas de Port Vila, la capital de Vanuatu, donde habita aproximadamente la sexta parte de los pobladores del país, quedaron anegadas o destruidas.
También se reportan serias afectaciones del abastecimiento eléctrico.
Los meteorólogos temen que Pam se convierta en el ciclón más devastador que haya visitado a Vanuatu durante los últimos 25 años.