El rotativo aclara que la fábrica nacional de moneda, Goznak, compra regularmente materiales europeos como la tinta suiza.
Los gastos para la provisión de tinta aumentaron en paralelo al desplome del rublo –del 64,3% entre septiembre de 2014 y febrero de 2015– y al encarecimiento del franco suizo, que se apreció drásticamente en enero frente al dólar y al euro.
Según el periódico, estos factores encarecieron un 32% la fabricación de billetes bancarios en cuya estructura de costes la tinta representa la mitad.
En Rusia no existen sustitutos para la tinta suiza que, según una fuente de Goznak, es máximo calidad.
De este modo, indicaron en la compañía, no se prevé renunciar a la tinta suiza a pesar de su creciente coste.
Tampoco las autoridades suizas planean suspender la cooperación con Rusia.
“Por ahora no tenemos previsto incluir a Goznak en la lista negra”, informó a Izvestia el servicio de prensa del Gobierno suizo.
A raíz de la crisis en Ucrania, Suiza impuso el pasado año sanciones económicas contra Rusia, que restringen la financiación de varios bancos rusos en la Confederación Helvética.
Las sanciones prevén igualmente la limitación de la cooperación militar y petrolera.