Durante una audiencia con los obispos de Ucrania en la Sala Clementina del Palacio Apostólico del Vaticano, llamó a " todas las partes interesadas para que se apliquen los intereses alcanzados de mutuo acuerdo".
"Que sea observada la tregua recientemente firmada y que se apliquen todos los esfuerzos que son condiciones para evitar la reanudación de las hostilidades", añadió.
El sumo pontífice destacó la importancia de cumplir la tregua porque Ucrania vive "una situación de grave conflicto, que se viene prolongando desde hace varios meses y sigue causando numerosas víctimas inocentes y grandes sufrimientos en toda la población".
Finalizó su discurso alentando a los obispos ucranianos a mostrar "cercanía con los sacerdotes y con los fieles" para aportarles comprensión y esperanza.
De acuerdo al último balance de la ONU, más de 5.690 personas han fallecido y más de 14.000 han resultado heridas en el este de ucrania desde abril de 2014. En un esfuerzo por poner fin al conflicto violento, el Grupo de Contacto Tripartito (OSCE, Rusia y Ucrania) reunido el 12 de febrero en Minsk firmó un acuerdo que prevé, entre otros puntos, el alto el fuego en Donbás, la retirada del armamento pesado, el canje de prisioneros y una reforma constitucional en Ucrania hasta finales de este año.
