La vacuna, que se administra en una sola dosis por vía oral, está elaborada a partir de microorganismos vivos atenuados y puede servir tanto para proteger a un individuo como para proteger a una población y sus contactos, explicó el galeno.
Aunque los resultados son muy alentadores, el científico aclaró que aún es necesario continuar estudiando este producto y someter los resultados a la validación de expertos de la Organización Mundial de la Salud, que son los que pueden definir finalmente si esta vacuna puede ser empleada.
El Dr. Fando forma parte de un equipo de investigadores del CNIC, del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí y del Instituto Finlay, que trabajan conjuntamente en el desarrollo de la vacuna.
