La lluvia de disparos entre los agentes de la Policía Militar y miembros de las facciones de narcotraficantes se produjo durante una fiesta en la calle de Itataré, uno de los principales accesos a la zona más peligrosa de Río de Janeiro, cuando los agentes ordenaron el final de la celebración debido a que se había rebasado el horario límite de las tres de la madrugada.
Fue en ese momento cuando algunos jóvenes comenzaron a arrojar botellas de vidrio sobre los policías, circunstancia rápidamente aprovechada por los narcotraficantes de la región para realizar disparos sobre los miembros de las Unidades de Policía Pacificadora (UPP), con los que mantienen una lucha por el control de la región desde su implantación en 2011.
Entre los heridos por disparos estarían un adolescente y un vecino de la zona mientras que uno de los agentes de la Policía Militar sufrió un profundo corte en la cabeza debido a uno de los botellazos recibidos durante los altercados, que únicamente pudieron ser contenidos tras la actuación del Comando de Operaciones Especiales (COE).
El pasado 13 de febrero, la Coordinadora de la Policía Pacificadora canceló las actividades de carnaval en la favela de Vila Cruzeiro, considerada la más peligrosa del Complexo do Alemao, debido a la tensión vivida tras la muerte el 8 de febrero del conductor de moto taxi, Diego Algarves, de 22 años, a manos de los agentes de la Unidad de Policía Pacificadora (UPP) de Parque Proletario.
Sin embargo, extender la prohibición del carnaval a las 16 favelas que componen el Complexo do Alemao y sus 69.143 vecinos, según el censo municipal de 2010, se consideró imposible debido a la falta de control efectivo de las Unidades de Policía Pacificadora en grandes áreas de la región que continúan bajo el dominio de la facción de narcotraficante del Comando Vermelho (CV).
