El incidente ha terminado esta mañana en la cárcel de Kaohsiung después de 14 horas de tensión cuando los presos se han disparado a sí mismos, ha afirmado el Ministerio de Justicia.
Las autoridades no han aportado vídeos ni otras evidencias del presunto suicidio de los presos.
Estos habían fingido malestar para ser enviados en la tarde de ayer a la enfermería, donde redujeron a un par de guardias y les obligaron a abrir la armería.
Kaohsiung prison hostage crisis ends in suicide of six inmates http://t.co/5t3TQBxlSi pic.twitter.com/s7DWu8UQVl
— Focus Taiwan (@Focus_Taiwan) February 12, 2015
Los presos se apoderaron ahí de numerosas armas, entre ellas rifles y pistolas, y más de 200 balas de munición.
Tanto el alcalde de la prisión como el jefe de seguridad se ofrecieron después a cambiarse por los guardias como rehenes.
Durante la noche se vivieron horas de elevada tensión, con la policía rodeando el edificio penitenciario para evitar la huida y el Ejército preparado para intervenir.
Las febriles negociaciones no llegaron a ningún lado. Los presos exigieron dos vehículos para escapar que les fueron denegados.
Los amotinados, todos con largas penas de al menos 25 años por delitos como asesinato y robo, utilizaron los medios de comunicación para expresar sus reclamaciones.
Los presos lamentaron que la retribución económica mensual de apenas seis dólares apenas les alcanza para comprar ropa interior y que las autoridades les deniegan sistemáticamente los permisos de salida.
Como contraste señalaron la reciente liberación por razones médicas del expresidente taiwanés, Chen Shui-bian, condenado a 20 años por corrupción.
El presunto líder de la operación y reconocido miembro de una organización mafiosa, Cheng Li-te, aprovechó para expresar la inocencia por el homicidio que le acarreó una condena de 18 años.
La crisis terminó con la liberación de los rehenes y el suicidio de los presos.