Grupos de subsaharianos permanecían a estas horas encaramados en la valla, según declaraciones del presidente de la ciudad, Juan José Imbroda, a Radio Nacional de España.
El nuevo salto se produce un día después de que Marruecos anunciase el cierre de los campamentos de inmigrantes que rodean la ciudad española.
Imbroda no cree que esta medida suponga una mayor presión migratoria, porque no es la primera vez que se desmantelan.
"Esto no es una novedad, la novedad es que lo hayan anunciado, lo que hacen es meter a estas personas en autobuses, pero otra vez volverán porque es el nunca acabar", según Imbroda.
El secretario de Estado de Seguridad español, Francisco Martínez, expresó, por su parte, su apoyo a la decisión de Rabat y valoró el esfuerzo para "desmantelar muchas organizaciones, se trata de seres humanos en condiciones extraordinarias de una fuerte presión migratoria".
Martínez agradeció también la cooperación de Marruecos para impedir los intentos de salto a las vallas de Ceuta y Melilla y apostó por unas medidas que "redunden en un mejor control de los flujos migratorios".
En 2014, aumentaron casi un 50% el número de inmigrantes que llegaron a España por la frontera sur, según el balance migratorio publicado la semana pasada por la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA).
Este aumento se debe principalmente a las personas que accedieron a España a través de la valla de Melilla y por las pateras llegadas a Cádiz en el mes de agosto.
En todo el año llegaron España 11.146 inmigrantes, 3.596 más que en el año 2013. La asociación dejó claro que estos datos "no suponen ni una avalancha ni una invasión"
"Las llegadas a España son sólo un pequeño porcentaje de las entradas que se producen en toda Europa; la organización ACNUR cifró en 207.000 entradas en el continente europeo en el año 2014", señaló Rafael Lara, coordinador del área de Solidaridad Internacional de APDHA.
