El periódico asegura que en el marco de las conversaciones en la ciudad australiana de Birsbane, Merkel le pidió a sus asesores dejarla a solas con Putin para poder conversar más abiertamente, "saber qué es lo que quiere", le dijo a la publicación británica una persona familiarizada con las reuniones.
"Putin dijo que Kiev debería tratar con los rebeldes de la misma forma que él había negociado con la entonces Chechenia separatista: comprándolos con autonomía y financiamiento federal. Una idea razonable quizá para un excoronel de la KGB, pero para la hija de un pastor de la Alemania Oriental con un sentido de lo correcto, esto es inaceptable", escribe el periódico.
Al día siguiente en Sídney, escribe FT, Merkel se permitió emitir declaraciones más fuertes que antes. En particular, la canciller advirtió que Rusia es una amenaza no solo para Ucrania, sino que para Georgia o los Balcanes. Esto, insiste el periódico, sería señal de un vuelco en las relaciones entre Moscú y Berlín.
Asimismo, una fuente del Kremlin citada por FT negó las especulaciones de la prensa y círculos diplomáticos sobre una supuesta "relación especial" entre Putin y Merkel. "Putin y Merkel con dificultad se soportan", dijo. "Claro, son profesionales y por eso se esforzaron por mantener una relación de trabajo, pero ahora eso ha cambiado", sentenció.