El último caso se registró en la madrugada de este lunes en la región de Bangú, en la zona oeste de la ciudad, cuando la joven Sandra Costa, de 26 años, fue alcanzada por una bala en la cabeza mientras dormía en su domicilio aunque su estado de salud de momento es estable, según confirmaron a los medios locales familiares de la víctima.
Al mismo tiempo, una niña de 12 años fue alcanzada en la puerta de su domicilio por un disparo en el Morro do Chapadao, en la región norte de Río de Janeiro, siendo ingresada de urgencia en el Hospital Estatal Albert Schweitzer sin que se conozca su estado.
Ya el domingo, una mujer falleció al ser alcanzada por un disparo en un tiroteo entre narcotraficantes de la facción "Amigos de los Amigos" (ADA) con agentes de la Policía Militar en la favela de Rocinha, el mayor suburbio de Río de Janeiro muy próximo a las playas de Leblón e Ipanema en la zona sur de la ciudad.
Ese mismo día, un joven de 15 años fue alcanzado en el brazo mientras jugaba con amigos en el interior de un edificio en el barrio de Icaraí en la localidad de Niteroi, área metropolitana de Río de Janeiro.
En la tarde del viernes, el joven Edilson de Jesus dos Santos, de 20 años, recibió un impacto de bala cuando disfrutaba desde la grada de la prueba del campeonato mundial de Skate Bowl, en el parque de Madureira, causando gran conmoción entre los presentes y llegando a provocar la interrupción del evento deportivo por motivos de seguridad.
El jueves 22 de enero, William Robaiana da Silva, de 35 años, recibió un disparo en el suburbio de Santa Cruz y Lavínia Crisciullo, de apenas 3 años, recibió un disparo en pleno centro de Río de Janeiro.
Ya el fin de semana pasado, la niña de 4 años, Larissa Carvalho, falleció al recibir un disparo a la salida de un restaurante en Bangú, zona oeste de Río de Janeiro, y el niño de 9 años, Asafe Ibrahim, murió tras ser alcanzado en la cabeza por un disparo en la favela de Honório Gurgel, zona norte de la ciudad.
Alertado por la extrema gravedad de la situación y las denuncias de organizaciones como Cruz Roja Internacional, el Secretario de Seguridad de Río de Janeiro, Sérgio Beltrame, declaró este lunes que "las balas perdidas fueron provocadas la mayoría de las veces por traficantes y no en confrontación con la policía".
Por último, Beltrame se defendió al afirmar que se trataba de algo natural en una "verdadera nación de criminales", en referencia al poder paralelo de los narcotraficantes en los suburbios de Río y exaltó las acciones de la Policía Militar que "desde noviembre de 2014 ha detenido a 4.410 personas y requisado 65 fusiles de asalto, 578 pistolas, 539 revólveres y 54 granadas".
