Este político israelí de habla rusa comienza hoy su visita a Moscú, la que probablemente será la última en su calidad de canciller.
Dentro de dos meses escasos en Israel se celebrarán los comicios parlamentarios y según sus resultados se formará un nuevo Gobierno. "El mantenimiento de buenas relaciones con Rusia es una cuestión de principios y una prioridad para Israel, no es un asunto de simpatías o antipatías personales, sino una necesidad hecha conciencia", señaló Lieberman.
También indicó que Israel no puede permitirse menospreciar las buenas relaciones establecidas con un jugador tan importante como Rusia. "No me imagino a un político israelí sensato en rango de primer ministro o canciller que se atreva a modificar este paradigma", subrayó.
Al reconocer que lo de hablar un idioma común es una ventaja que puede perderse si él y otros políticos israelíes procedentes de la desaparecida Unión Soviética quedan sin carteras tras las elecciones, Lieberman al mismo tiempo expresó la seguridad de que "la principal línea política se mantendrá".
Los sondeos respecto a los resultados de las próximas elecciones muestran un considerable debilitamiento de las posiciones del partido Israel Nuestra Casa, de Lieberman, lo cual puede imposibilitar su nombramiento como canciller por tercera vez.