La Fiscalía argumenta que Maradona había dicho repetidamente, tanto en intervenciones públicas como en entrevistas, que era "víctima de una persecución instrumental por parte de Equitalia", que, según el exfutbolista, utilizaba documentación falsa.
Maradona, tras conocer la intención de la Fiscalía, subrayó a través de una carta a su abogado italiano, Angelo Pisani, que "no hubo violación ni mucho menos difamación".
Pisani, que también podría ser juzgado por haber difundido las difamaciones, afirmó que el exjugador "solo ha ejercido legítimamente en las sedes competentes su derecho a defenderse y a denunciar su inocencia".
"El Pelusa" ya está envuelto en una larga disputa con el fisco italiano que le reclama unos 40 millones de euros, debido a la falta de pago del impuesto de la renta de las personas físicas, cuando jugaba en Nápoles.
Maradona ha alegado siempre que nunca le fue comunicada la petición del pago de estos impuestos, y que se trata de un error por parte de Equitalia.
En el intento de recuperar la deuda que le reclama, la Guardia de Finanzas italiana ya confiscó en 2009 a Maradona unos pendientes que fueron subastados posteriormente por 25.000 euros, y en 2006 se le confiscó un reloj Rolex valorado en 11.000 euros.