"A nivel estatal prestaremos toda la ayuda necesaria a nuestras compañías en Ucrania y en cualquier otro país, pero en Ucrania hacen frente a una situación muy complicada", dijo Lavrov en una rueda de prensa dedicada a los resultados de la actividad diplomática rusa en 2014. Calificó de importante desarrollar "los signos de cooperación en el área económica que vemos actualmente como resultado de los acuerdos entre (el presidente de Rusia Vladímir) Putin y (su homólogo ucraniano, Pertó) Poroshenko, sobre todo en el área energética, es decir, gas, carbón y electricidad".
El ministro exhortó a "desarrollar esta práctica, favoreciendo, entre otras cosas, la reanudación de los lazos económicos entre el este de Ucrania y el resto del país", porque, según Lavrov, si estos territorios tienen "un colchón económico" sería más fácil "negociar sobre las cuestiones políticas del Estado unido".
Tras el cambio del poder en Kiev en pasado febrero, las relaciones entre Rusia y Ucrania están viviendo una profunda crisis que afecta a las compañías rusas que operan en el país vecino.
El pasado 5 de diciembre el Tribunal ucraniano decidió nacionalizar una parte de oleoductos de petrolera rusa Transneft, de 1.400 kilómetros de longitud que pasa por el territorio del país.
Asimismo, la semana pasada el Servicio de Seguridad de Ucrania anunció que abre una causa penal por financiación de terrorismo contra estructuras que forman parte de Lukoil y de la ucraniana Vetek.