Según comunicó, los milicianos chiíes abrieron fuego en el momento que Subaihi abandonaba la residencia del presidente de Yemen, Abdo Rabu Mansur Hadi.
Los guardias del ministro consiguieron repeler a los atacantes. Se desconoce si el funcionario resultó herido.
Varios medios árabes destacan que la zona de la residencia presidencial es escenario de violentos enfrentamientos entre los hutíes y las fuerzas del orden.
Este martes se informó que los milicianos lograron apoderarse del palacio.
Sin embargo, un miembro del Consejo Político de los milicianos, Hamza al Houti, afirmó a RIA Novosti que el movimiento Ansar Alá no tiene la intención de derrocar al presidente y fue la actitud de sus guardias la que provocó los enfrentamientos.
Según Al Houti, "una parte de los oficiales de estas unidades se negaron a entregar las armas de los arsenales" del palacio para que las guarden los milicianos.
Mientras, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, condenó las hostilidades y llamó a los bandos a un alto el fuego.
El 18 de enero los hutíes, descontentos con la política de las autoridades, secuestraron al jefe de la Cancillería presidencial.
El lunes, los enfrentamientos entre los milicianos y el servicio de seguridad del presidente del país se saldaron con la muerte de nueve personas y otras 60 resultaron heridas.
El movimiento de los hutíes, o Ansar Alá (Seguidores de Dios), surgió a principios de los noventa y en la década siguiente se levantó en armas en varias ocasiones reclamando del Gobierno mayor autonomía y privilegios para su provincia natal, Saada, en el noroeste del país.
En 2011 participaron junto con otras fuerzas en la rebelión contra el presidente Alí Abdalá Saleh.
En agosto de 2014 los hutíes consiguieron tomar la capital del país, Saná, tras varias semanas de protestas antigubernamentales que exigían restablecer los precios subvencionados del combustible.
En septiembre lograron varios acuerdos con las autoridades para poner fin al conflicto, pero no respetaron la exigencia de retirar a los milicianos.
Los hutíes controlan actualmente amplias zonas de Yemen y reclaman una mayor participación en el Gobierno, así como un pacto contra la corrupción.