"Durante la reunión se ha dicho que las compañías están dispuestas a trabajar en Rusia y que siguen invirtiendo y ampliando los negocios", explicó Alexandr Ívlev, socio gerente de Ernst & Young en Rusia.
Según el empresario, una farmacéutica extranjera anunció durante el encuentro la próxima apertura de una nueva planta en Rusia.
Tras 10 o 15 años operando en territorio ruso, las empresas se convierten en productores nacionales y exportan a países vecinos de Rusia, indicó Ívlev.
"Los empresarios (rusos y extranjeros) hablan el mismo lenguaje, comprenden la problemática y saben cómo hay que seguir avanzando", resumió.
A raíz de la crisis ucraniana, EEUU, la Unión Europea y otros países occidentales pusieron en marcha en 2014 una serie de sanciones contra ciudadanos, empresas y sectores enteros de la economía rusa, restringiendo en particular la exportación de algunas tecnologías sensibles y de doble uso.
La medida fue lamentada por muchas de las empresas internacionales que tienen relaciones comerciales con Rusia o desarrollan actividades en este país.