En el informe, elaborado tras la visita de una delegación del CPT a Ucrania en septiembre pasado, se señala que fue registrado el empleo excesivo de la fuerza por los agentes del Servicio de Seguridad de Ucrania durante las detenciones.
Además, se califica como muy preocupante la situación en los centros penitenciarios ucranianos, donde se practican torturas.
"No puede menos que agradar el que unas estructuras europeas empiecen a darse cuenta de lo que realmente está pasando en Ucrania", declaró Íschenko, señalando al mismo tiempo que el documento no contiene ninguna información novedosa, puesto que ya antes se hicieron públicos numerosos casos de torturas, asesinatos y despariciones en Ucrania.
El experto afirma también que informes como éste no son suficientes para que los estados de la Unión Europea se desmarquen oficialmente de las autoridades ucranianas y califiquen como criminal su proceder.
Dijo que el informe del CPT no influirá de ningún modo sobre la situación en Ucrania y que tampoco cabe esperar una reacción por parte de sus autoridades, "que tienen solo dos opciones: o ir a la cárcel o vencer".
El CPT, instituido por la Convención Europea para la Prevención de la Tortura y de las Penas o Tratos Inhumanos o Degradantes que entró en vigor en 1989, desarrolla su labor basándose en el Artículo 3 de la Convención Europea de Derechos Humanos, que proclama que "nadie podrá ser sometido a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes".
El CPT no es órgano de investigación sino un mecanismo extrajudicial que se plantea el objetivo de defender a los presos contra las torturas y otras formas de trato cruel, y como tal complementa la labor del Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
