El informe fue elaborado tras una visita de una delegación del CTP a Ucrania en septiembre pasado.
"Se obtuvieron datos sobre el empleo excesivo de la fuerza por los agentes del Servicio de Seguridad de Ucrania, registrando casos de maltrato a interrogados detenidos", se señala en el documento.
Al mismo tiempo se constata que la mayoría de los preguntados por la delegación atestiguaron que los detenidos fueron tratados "con corrección".
Tras estudiar los acontecimientos del invierno de 2013-2014 en Maidán, el Comité llegó a la conclusión de que se tomaron medidas pertinentes para descubrir el trato indebido a los manifestantes por parte de los organismos judiciales.
Por otra parte, se señalan problemas en la realización de la investigación, en particular la escasa disposición a colaborar por parte de los jueces.
El CPT en su informe de febrero pasado señaló como una circunstancia muy preocupante el hecho de que los efectivos del destacamento de misiones especiales Bérkut actuasen en Maidán con el rostro tapado y sin llevar el número de identificación en el casco.
También informó no haber recibido todos los documentos necesarios para evaluar la situación, en particular señaló que el Ministerio del Interior ucraniano le negó unos clasificados como secretos.
El CPT fue instituido por la Convención Europea para la Prevención de la Tortura y de las Penas o Tratos Inhumanos o Degradantes que entró en vigor en 1989.
Desarrolla su labor basándose en el Artículo 3 de la Convención Europea de Derechos Humanos, que proclama que "nadie podrá ser sometido a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes".
El CPT no es órgano de investigación sino un mecanismo extrajudicial que se plantea el objetivo de defender a los presos contra las torturas y otras formas de trato cruel, y como tal complementa la labor del Tribunal Europeo de Derechos Humanos.