Se calcula que en España viven entre 1,2 y 1,5 millones de musulmanes, aunque el yihadismo ha tenido poco éxito, excepto en las plazas españolas de Ceuta y Melilla, en el norte de África.
De España partieron 15 veces menos yihadistas que de Francia a las zonas en guerra de Oriente Medio.
El objetivo del Plan, del que se desconocen de momento los detalles, es "establecer estructuras operativas y administrativas específicas" para "crear cauces fluidos de intercambio de información" entre las administraciones y la sociedad civil para "intervenir (…) desde todos los ámbitos" cuando se detecten "manifestaciones de radicalidad o violencia extremista", reza el resumen.
"Los escenarios principales" serán los distritos con mayor concentración de musulmanes, revela hoy el diario El Mundo.
En cada barrio habrá un delegado. "Éste será el receptor y primer evaluador de las sospechas que le trasladen profesores de instituto que observen, por ejemplo, el cambio de atuendo de un alumno; las trabajadoras sociales a las que un joven ya no quiera dar la mano; los médicos cuya paciente rehúse de pronto desvestirse, etcétera" señala el diario.
Los musulmanes que se radicalizan en España son aquellos que "aunque en algún momento tuvieron el deseo de integrarse, no se consideran ahora parte del país y buscan una identidad alternativa", explica Juan Manuel López, que hasta 2012 dirigió la Fundación Pluralismo y Convivencia, a El Mundo.
"No es un problema social ni ideológico, sino de identidad", continúa López al añadir que "la mejor manera para evitar que surja es que se sientan musulmanes españoles y no musulmanes en España".
Para Juan Ferreiro, catedrático de la Universidad de La Coruña y que años atrás trabajó sobre estos temas en el Ministerio de Justicia, es necesario también "normalizar" también a "la jerarquía de las comunidades islámicas que en España está obsoleta y alejada de la democracia".
Según explica a El Mundo, "el Gobierno no haría mal si ayudara a impulsar un proceso realmente democrático" en el clero musulmán.
