La compra de crudo ligero, el hidrocarburo de más valor en el mercado por su facilidad de refinación, estará destinada a "optimizar la operación de las refinerías mexicanas y tener una producción menor de subproductos que no son atractivos en los mercados internacionales e innecesarios en el mercado mexicano", dijo el embajador en el marco de una reunión anual de diplomáticos mexicanos en la sede de la Cancillería.
La solicitud para lograr la autorización se presentó desde el año pasado al Departamento de Comercio de EEUU, confirmó el diplomático.
El trámite de la autoridad responsable del gobierno de EEUU "va por muy buena ruta y esperamos que muy pronto podamos tener una resolución favorable", dijo el jefe de la legación mexicana en Washington.
La importación de crudo desde EEUU por parte de México —país que exporta a EEUU casi 800.000 barriles diarios (b/d) de petróleo, en su mayoría crudo pesado-, sería un evento histórico en la industria petrolera mexicana, afectada por una dramática caída de su producción en un millón de toneles diarios en la última década.
En EEUU existe una prohibición legal para exportar crudo que data desde la era del boicot de los países exportadores de petróleo, en los años 70; pero el Departamento de Comercio estadounidense ha autorizado algunas ventas excepcionales a Canadá, que también exporta petróleo a EEUU como México, y sin embargo la industria canadiense importa el crudo ligero estadounidense.
La intención de México es que con ese tipo de petróleo ligero, la capacidad de refinación en México opere "de manera más eficiente, como una manera de optimizar el mercado", explicó Medina Mora a los periodistas.
La secretaria de Comercio estadounidense, Penny Pritzker, confirmó esta solicitud de México después de la reciente vista del presidente de México, Enrique Peña Nieto, a su homólogo estadounidense, Barack Obama, esta semana.
El embajador mexicano comentó que la importación de petróleo de EEUU no es contradictoria con la reciente reforma energética que por primera rompe el monopolio estatal petrolero mexicano en 76 años y se abre a la inversión privada nacional y extranjera.
Medina Mora dijo que la reforma energética de México aún despierta interés como oportunidad de inversión, en "escenarios de maduración a muy largo plazo y en esta lógica no se ve afectada por una situación coyuntural de mercado", deprimido por un derrumbe a la mitad de los precios internacionales del petróleo en solo seis meses, debido a los suministros incesantes al mercado global.
Los inversores petroleros estadounidenses "tienen una compresión cabal de la dinámica de este mercado y visión de largo plazo", comentó el embajador mexicano.
El precio del barril de la mezcla mexicana se situó este miércoles abajo de la barrera de los 40 dólares por barril, en 39.94 dólares, la cuota más baja registrada desde el primer trimestre de 2009.
El gobierno de Peña Nieto –que compra para su mercado interno el 70% del gas que exporta Perú- también estudia integrar la infraestructura de distribución eléctrica y de abastecimiento de gas desde EEUU, dijo el embajador.
México exporta la mitad de su producción de petróleo, pero en cambio importa más del 50% de las gasolinas que consume.
Gracias a la explotación de hidrocarburos no convencionales mediante la fractura hidráulica de las rocas de esquisto en Texas y Dakota, EEUU disparó su producción petrolera en sólo seis años, de 5 a 8,95 millones de barriles diarios en octubre de 2014, y marcha hacia lograr su máximo histórico de 9,6 millones b/d, registrado en 1970, acentuando el debate para abolir completamente la prohibición de exportar.
En cambio, la producción diaria de México en 2014 rondó los 2,35 millones b/d, una caída de casi un millón de barriles diarios desde su pico histórico de 3,4 millones b/d lograda en 2004, y las exportaciones de crudo de Pemex cayeron a alrededor de solo un millón de barriles, de los cuales el 80% van al mercado estadounidense.
El líder mexicano espera que la reforma energética permitirá a México durante los próximos 20 años una plataforma de producción mínima de 2,5 millones de barriles diarios de crudo equivalente, y elevarla a tres millones barriles por día al final de su mandato en 2018.
