La ceremonia que comenzó a las 11:00 hora local cuenta con unas medidas de seguridad excepcionales.
La compañía aérea Jet blue organizó vuelos gratis para todos los agentes que deseaban acudir al encuentro. Antes del inicio de la ceremonia miles de oficiales llenaron las calles colindantes.
También llegaron el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, y el comisario jefe de la Policía de Nueva York, Bill Bratton.
Varios agentes de nuevo volvieron la espalda al alcalde.
En el entierro del compañero de Liu, Rafael Ramos, que tuvo lugar el 27 de diciembre, varios de los decenas de miles de los agentes dieron la espalda al alcalde en señal de protesta por las recomendaciones que dio a su hijo mestizo de tener cuidado con la policía y las simpatías que expresó hacia los manifestantes en contra de la brutalidad policial.
Más tarde, Bratton advirtió que no toleraría que la situación se repitiera en el entierro de Liu.
Liu, de 32 años, y Ramos, de 40, fueron asesinados el 20 de diciembre mientras patrullaban Brooklyn. El agresor, Ismaaiyl Brinsley, un afroamericano de 28 años, huyó del lugar de crimen y más tarde se suicidó.
