La Secretaría de Turismo de Río de Janeiro estima que de los dos millones de personas alrededor de 816.000 serán turistas; los hoteles, sobre todo los de alta gama, rozan el lleno total y se prevé un impacto económico en la ciudad de más de 650 millones de reales (244,5 millones de dólares aproximadamente).
Para garantizar la seguridad tan solo en Copacabana habrá 1.729 agentes de la Policía Militar, un 33% más que el año pasado y muchos de ellos serán bilingües, para atender al gran número de turistas.
Los policías podrán velar por la tranquilidad de la noche desde 30 torres de vigilancia instaladas en el paseo marítimo, pero el dispositivo especial también incluye tres helicópteros con cámaras térmicas, capaces de identificar fuentes de calor en medio de la multitud, algo de gran utilidad en caso de que haya un disparo de arma de fuego.
Los fuegos artificiales, serán, como cada año, los protagonistas de la fiesta al filo de la medianoche: se lanzarán desde barcas dispuestas especialmente enfrente de la playa; 11 embarcaciones a lo largo de seis kilómetros de costa.
En total se dispararán 24 toneladas de pólvora y 34.000 petardos, un 31% más que el año pasado, y los primeros de ellos dibujarán en el cielo el lema "Río 450", en alusión a los 450 años que la ciudad cumple en 2015 y cuyo programa de celebraciones arrancará precisamente con la llegada del nuevo año.
La fiesta se prolongará hasta el amanecer con conciertos en tres grandes escenarios situados en la arena, por los que pasarán reconocidos artistas brasileños, como Maria Rita y Seu Jorge, y algunas de las más famosas escuelas de samba de la ciudad, como Salgueiro, Unidos da Tijuca y Portela, que aportarán el ambiente carnavalesco típicamente carioca.
