Es una de las tortugas consideradas más bella del planeta por el dibujo original de su caparazón. Habita solo en Madagascar y puede vivir hasta un centenar de años.
La persona, que transportaba las crías en un cajón pegadas con cinta adhesiva, se dirigía a Laos. Quince reptiles aparecieron muertos en el momento de ser encontrados "por permanecer en unas condiciones inadmisibles", según el portal Local.
Los supervivientes fueron trasladados a una granja especializada en la cría de tortugas situada en el sureste de Francia, donde deberán pasarán unos años. Son demasiado pequeños, de unos 4 centímetros solamente, para poder soportar otro viaje largo.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza incluyó esta tortuga en su Lista Roja de Especies Amenazadas porque puede desaparecer en los próximos 50 años a causa del comercio ilegal.
La venta de cada uno de estos reptiles aporta un beneficio que puede llegar hasta los 10.000 dólares.