"Ningún otro (dirigente) hizo más para dar forma a la política de Gran Bretaña en 2014", resaltó el rotativo en su editorial de este sábado.
Game-changing politician @Nigel_Farage is The Times Briton of the Year http://t.co/ohN6DMa2jm (Reuters) pic.twitter.com/YqoYXP7MG6
— The Times of London (@thetimes) 27 декабря 2014
El "año estelar" de Farage arrancó poco después de cumplir medio siglo de vida el pasado 3 de abril.
En las elecciones europeas de junio, que a diferencia de las generales de Reino Unido se rigen por el sistema de representación proporcional, el UKIP obtuvo la cota más alta de apoyos.
Con 23 eurodiputados, incluido el escaño del líder, el partido más hostil a todo lo que representa Bruselas dejó en la cuneta a conservadores y laboristas británicos.
Era la primera vez en tiempos modernos que una fuerza minoritaria desbancaba electoralmente a los principales partidos de Reino Unido.
Farage debe su ascenso a un insistente y alarmante mensaje sobre la necesidad de controlar las fronteras de su país.
En el discurso del líder del UKIP, el miedo al extranjero se extiende a todos los ciudadanos de la UE, que pueden ejercitar su derecho al libre movimiento por el espacio intercomunitario.
El antiguo corredor en mercados financieros, casado con una alemana a la que contrata como secretaria con su sueldo sufragado por el contribuyente de la UE, impulsó la inmigración al centro del debate político.
Y, según advierte The Times, la política migratoria será una cuestión dominante en las elecciones generales de mayo de 2015 "por mucho que laboristas y tories deseen que no lo sea".
Por lo pronto, los efectos de identificar la UE con oleadas de inmigrantes están forzando al primer ministro, David Cameron, a adoptar una posición de choque con sus socios en Bruselas.
El UKIP sigue sin embargo ganando terreno a las grandes formaciones de Reino Unido.
Farage ´robó´ a los tories dos escaños en Westminster, los primeros de su partido en la cámara baja del parlamento, y solo la cercanía de la cita con las urnas está evitando nuevos prófugas hacia los independentistas británicos.
Los laboristas tampoco son inmunes al populismo de Farage. Un reciente sondeo efectuado en distritos marginales, indica que el 8% de los que votaron al centro izquierda en 2010 piensa apoyar al UKIP en 2015.
Pero, quizá, el mayor logro de Farage en el último año ha sido situar a su formación como principal destino de los descontentos y defraudados con la política tradicional de Reino Unido.
El UKIP se erigió en el tercer partido en intención de voto. Debe, en parte, su ascenso al severo desgaste de los liberal-demócratas en los cuatro años que llevan gobernando en coalición con los conservadores.
Farage apunta mientras tanto a dos objetivos complementarios. Asegurar un escaño en Westminster y jugar de comodín en la formación del próximo gobierno de Reino Unido.