Otros sistemas de presas que rodean al área metropolitana de São Paulo, como el del Alto Tietê, que atiende a 4,5 millones de habitantes, se encuentra en una situación mejor, al 11,9% de su capacidad, pero aunque las lluvias han caído con fuerza, la situación no deja de ser preocupante, porque sigue lloviendo menos que la media de un mes de diciembre normal.
La grave sequía de la región más rica y más poblada de Brasil fue uno de los temas que más sonaron durante la campaña electoral, puesto que el Partido de los Trabajadores (PT) de Dilma Rousseff acusaba al conservador Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), que gobierna el estado de São Paulo, de esconder la gravedad del asunto a la población para no verse perjudicado en las urnas.
Más recientemente, se filtró un audio de la presidenta del organismo que gestiona el suministro de agua, la Compañía de Saneamiento Básico del Estado de São Paulo (Sabesp), Dilma Pena, asegurando haber recibido una "orientación superior" para evitar alertar a los ciudadanos de que debían empezar a ahorrar agua antes de que la situación se volviera irreversible.
Tras sus desencuentros con el Gobierno del Estado Pena ha anunciado que dejará el cargo en enero.
Finalmente, y después de mucha controversia, el Gobierno de São Paulo, ha decidido tomar medidas para atajar la crisis hídrica y aplicará multas, a partir del 1 de enero, a quienes aumenten considerablemente el consumo de agua: los que gasten un 20% más de la media pagaran un 20% más en su factura, y los que sobrepasen ese límite tendrán que abonar un 50% más.