"En los países bálticos desconocen la situación real en Ucrania y cuando los defensores de derechos humanos intentan difundir esta información son perseguidos por las autoridades que realizan registros, inspecciones en aeropuertos y detenciones prolongadas", declaró.
Agregó que los activistas rusos que llegan para contar lo que está ocurriendo en Rusia y en Ucrania acaban deportados.
La única información fiable con la que cuentan los ciudadanos en el Báltico, según Gaponenko, proviene de las redes sociales y la televisión rusa, cuya emisión se somete a restricciones.
"Los reportajes que las autoridades letonas consideran inaceptables no salen, las empresas de televisión acaban multadas", comentó.
Recordó que en 2015 Letonia presidirá el Consejo de Europa lo que brinda a Riga la posibilidad de promover soluciones a diferentes asuntos, incluidos los relativos a la seguridad.
El experto teme que las autoridades letonas sigan tergiversando lo que pasa, agravando la situación.
Explicó que el Gobierno letón "normalmente aplica la línea que impone EEUU y se requiere información objetiva para impedirlo, tanto en lo concerniente a Ucrania como al riesgo de que se desencadene otro conflicto en los países bálticos", concluyó Gaponenko.