Hace tres años, su padre, el rey Juan Carlos, ya destacó en su discurso navideño que "la justicia es igual para todos", cuando su hija todavía no estaba imputada.
De momento hay una reserva total sobre el contenido del discurso, uno de los tres en los que Felipe VI y su equipo preparan el borrador para ser revisado posteriormente por el Gobierno y no a la inversa como es habitual.
En los últimos discursos reales la corrupción es un tema que ha ido ganando protagonismo y más este año donde la lista de altos cargos públicos imputados se ha disparado como nunca antes.
Hoy hay que añadir a la infanta, que está acusada de haberse beneficiado de los negocios de su marido y como "cooperadora necesaria" en el fraude fiscal de su marido.
En sus intervenciones más importantes, Felipe VI ha insistido en que la sociedad española estaba huérfana de referentes "morales a las que admirar y respetar", o en la escasez de "principios éticos".
También ha tratado la necesidad de "ejemplaridad" y "honestidad" en la vida pública.
Otro tema recurrente estos últimos años es la intensidad de la crisis económica en la que está sumida España.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, aseguró hace dos semanas que "la crisis es historia", aunque posteriormente se vio forzado a matizar esta declaración.
Esta por ver si Felipe corrobora las manifestaciones del presidente. El año pasado su padre dedicó un mensaje especial a "los golpeados por la crisis" a los que envió un "saludo especialmente afectuoso".
Y por último, el desafío independentista catalán, tema al que el nuevo rey se ha referido en numerosas ocasiones, alabando las excelencias de seguir unidos frente a las desventajas de la ruptura con España.