En concreto considera que en México hay "una inconformidad y dolor legítimo" por la masacre de los estudiantes de la escuela rural de maestros de Ayotzinapa, pero que a la vez hay opositores que quieren quebrarle su ánimo personal.
"Veo inconformidad y dolor legítimo, pero hay también un objetivo de quebrar el ánimo del presidente; eso no lo van a conseguir", respondió el mandatario en una comida con periodistas, de acuerdo con una versión publicada el lunes por Ciro Gómez Leyba, conductor del noticiario nacional vespertino Radio Fórmula, y columnista fundador del diario Milenio.
En la comida celebrada en la residencia presidencial de Los Pinos con motivo del fin de año, un periodista preguntó además al mandatario sobre cómo está el ánimo de su esposa, quien ha sido blanco de críticas por haber comprado a un contratista del Gobierno una mansión de 4 millones, que debió poner en venta luego de que el tema fue ventilado por una investigación periodística.
La Primera Dama, exactriz de telenovelas de la cadena Televisa, está "triste, enojada, lastimada; la entiendo muy bien, yo entiendo los momentos de la política, los costos de la política; pero a ella le ha tocado pagar costos que no debía", respondió el mandatario a los periodistas con quienes departía, según el relato.
Otra pregunta, hacia el final de la comida de más de dos horas, el viernes pasado, indagó sobre una idea escrita en un artículo de The New York Times, por el laureado historiador y escritor mexicano Enrique Krauze, quien ha sugerido al presidente Peña "aparecer ante la nación, reconocer sus errores y ofrecer una disculpa al pueblo de México", a fin de apaciguar el "profundo resentimiento moral y político".
"¿Disculparme?— menea la cabeza, oprime los labios el Presidente que ha estado notablemente sereno y buscado ser empático y franco (…)-, no tendría problema en disculparme, sería incluso lo menos difícil", respondió el mandatario, según la crónica.
Y agregó de inmediato: "¿Pero de qué en concreto me tendría que disculpar? todo lo de la casa es legal, ¿acaso por no haber visto en aquel entonces que podría entenderse como un conflicto de interés que, en verdad, no veo que lo haya? pero, sí, a lo mejor pudimos haber pensado entonces que algunos lo iban a poder ver así", dijo el presidente.
La conjunción de esos dos temas – la masacre de Ayotzinapa y la mansión de su esposa-, entre otros, han convertido a Peña en el presidente más impopular en dos décadas, de acuerdo a un sondeo reciente, realizado por el diario Reforma con registros desde los años 90.
