En el festejo anual se escucharon muchas oraciones y fueron colocadas velas dedicadas a pedir por la vida de los 43 jóvenes desaparecidos de la humilde escuela rural de maestros indígenas de Ayotzinapa, Guerrero (sur de México) de quienes se teme lo peor, tras la identificación hace una semana de los uno de sus restos, un joven de 19 años.
El feriado comenzó con las festividades del 12 de diciembre, que conmemoran la aparición reconocida por el Vaticano de la Virgen María al indígena bautizado como Juan Diego, en 1531 en el vecino cerro del Tepeyac, donde los aborígenes adoraban en el pasado a la Diosa Tonatzin de la fertilidad, diez 10 años después de la conquista española de ciudad azteca de Tenochtitlan.
El sincretismo religioso se manifestó con danzas prehispánicas, desde la música de tambores de pieles, caracolas, sonajas de semillas y vainas naturales, trajes de manta cruda y enormes coronas de plumas de colores tradicionales en algunas tribus prehispánicas, hasta el colonial mariachi de guitarras y enormes sombreros.
El papa Francisco envió desde Roma un mensaje a "los pobres y los que sufren" y clamó por el futuro de América Latina, un "continente de esperanza que espera nuevos modelos de desarrollo".
En una misa en honor de la Virgen de Guadalupe, transmitida en México desde la basílica de San Pedro, el Papa argentino Jorge Bergoglio, dijo en su mensaje: "nos sentimos movidos a pedir que el futuro de América Latina sea forjado por los pobres y los que sufren, por los humildes, por los que tienen hambre y sed de justicia".
El jerarca católico pidió "por los compasivos, por los de corazón limpio, por los que trabajan por la paz, por los perseguidos a causa del nombre de Cristo", en un mensaje en español muy aplaudido en México, que vive una de sus peores crisis políticas, por la desaparición de más de 22.000 personas desde 2007, a manos del crimen organizado financiado por el narcotráfico y el secuestro, en una ola criminal que causado más de 100.000 muertes violentas en siete años.
El culto a la Virgen María, una deidad católica de piel morena y ojos negros, se extendió por Latinoamérica durante la era colonial española de tres siglos y aún perdura viva.
El Papa argentino dijo a los latinoamericanos que la región "espera nuevos modelos de desarrollo que conjuguen tradición cristiana y progreso civil, justicia y equidad con reconciliación esperanzadora".
El culto a la Virgen María, transfigurada como la mestiza Guadalupana, se ha convertido en "el más rico tesoro del alma de los pueblos americanos" que se manifiesta en "multitudes de personas, en la fe, esperanza y caridad de muchos", dijo Francisco, que tomó su nombre del modesto San Francisco de Asis.
El Papa habló así a un continente azotado por la más grande desigualdad en el planeta, con ricos que están entre los más ricos del mundo, y muy pobres, sobre todo 15 millones de habitantes de comunidades originarias indígenas que viven en extrema pobreza.
Aparte de cuatro mil atenciones médicas menores y seis hospitalizaciones por luxaciones, fisuras y fracturas de algunos peregrinos que se infligen a sí mismos castigos como penitencias en el último tramo de la peregrinación desde todos los rincones de México, como caminar sobre sus codos y rodillas.
Las autoridades ofrecieron casi medio millón de litros de agua y cobijo a los feligreses que soportaron temperaturas de hasta 10 grados centígrados a la intemperie y produjeron más de 800 toneladas de basura, según el reporte oficial.
