“En la situación actual –cuando el desarrollo económico se desacelera– los Gobiernos nacionales empiezan a pensar en sus intereses”, dijo.
Agregó que es por eso que los miembros de la UE optan por no politizar proyectos conjuntos, sino apostar por la cooperación a largo plazo.
Hungría quiere conservar puestos de trabajo, tener una fuente alternativa de energía, así como mantener la imagen del país atractivo para inversores rusos, señaló.
Recordó que la suspensión del proyecto conjunto ruso-búlgaro de la central nuclear de Belene, en el norte de Bulgaria, trajo consecuencias negativas para la economía del país.
“Teniendo en cuenta este ejemplo, otros países tratan de aplicar políticas más racionales y menos dependientes de las de Bruselas”, concluyó.