El primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu, afirmó que "la incitación de la Autoridad Palestina, Hamás y la Jihad Islámica" es lo que ha conducido al ataque contra una sinagoga de Jerusalén.
En el atentado murieron siete personas: cuatro rabinos que rezaban en el interior del edificio, un policía y los dos asaltantes, abatidos por agentes.
El policía resultó gravemente herido en el ataque y sucumbió a sus heridas en el hospital.
"Están diciendo que los judíos contaminan el Monte del Templo (la Explanada de las Mezquitas", que tenemos la intención de destruir los lugares santos y cambiar las rutinas de oración allí", señaló Netanyahu en un discurso televisado.
"Estas mentiras ya se han cobrado un peaje muy alto". Este ataque es "un libelo de sangre salvaje", dijo, y aseguró que el conductor palestino cuyo cuerpo se halló ahorcado el lunes "se suicidó".
"El informe de la autopsia lo demuestra más allá de toda duda. Esto no impidió la difusión de un libelo de sangre que aseguraba que fue asesinado por judíos. Esta incitación ha contribuido a esta masacre despreciable", señaló Netanyahu.
"Esta vez, Abu Mazen (el presidente palestino, Mahmud Abás) ha condenado la masacre, y es bueno que lo haya hecho, pero no es suficiente", indicó.
"Hay quien nos quiere echar de nuestro país y de nuestra capital, no lo van a conseguir. Estamos en un combate por Jerusalén, nuestra capital eterna", afirmó Netanyahu.
El jefe del Gobierno israelí ordenó demoler las casas de los dos asaltantes, Ghasan y Uday Abu Jamal, dos primos del barrio de Jabel Mukaber, en Jerusalén Este.
El primer ministro también pidió que se acelere el proceso de demolición de las casas de los palestinos implicados en otros ataques recientes.
Netanyahu dio estas instrucciones después de reunirse con su gabinete de seguridad. En el encuentro se decidió incrementar la presencia de la policía de fronteras en Jerusalén, aumentar el número de detenciones y bloquear carreteras en los barrios de Jerusalén Este.
Además, el ministro del Interior, Gilad Erdan, tomará medidas para revocar inmediatamente el permiso de la esposa de Ghassan Abu Jamal para permanecer en Jerusalén.
La mujer, de Cisjordania, ha vivido en Jerusalén desde 2010 y tiene tres hijos.
