El número total de solicitudes de asilo en Brasil pasó de 566 a 5.882 entre los años 2010 y 2013, lo que significó un aumento del 930%, según publicó este martes la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para Refugiados (ACNUR).
Solamente en 2014, Brasil alcanzó las 8.302 solicitudes lo que le consolida como uno de los mayores centros de atracción de refugiados en el hemisferio sur, debido a la aceptación de todos los tratados internacionales en esta materia, y supera la población actual de refugiados en el país que se sitúa en 7.289 ciudadanos de 81 países.
Los países que encabezan la lista de refugiados en Brasil son Siria con 1.524 asilos concedidos, Colombia con 1.218, Angola con 1.067 y la República Democrática del Congo con 784 de los que el 75% son hombres.
"En el caso de los sirios la postura solidaria de Brasil con las víctimas del conflicto en Siria, por medio de la aprobación de la Resolución Normativa nº 17, facilitó la entrada en el país de quien quisiese solicitar asilo como refugiado de guerra", detalla el informe.
El caso de Colombia, con el mayor número de solicitudes entre los años de 2010 y 2012, tiene su explicación en las ofensivas del gobierno del expresidente Álvaro Uribe contra posiciones controladas por la guerrilla y paramilitares creando más tensión entre los habitantes de esas regiones.
Sin embargo, a partir del 2013 los pedidos desde Bangladesh (1.837) y en 2014 desde Senegal (1.687) han superado a los del vecino sudamericano que vive un periodo de relativa tranquilidad debido al proceso de negociación de La Habana entre el Gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC.
En Brasil, la concesión del asilo político depende del Comité Nacional de Refugiados (CONARE), que forma parte del Ministerio de Justicia y que colabora con representantes de los ministerios de Relaciones Exteriores, Trabajo, Salud y Educación, además de la propia ACNUR y de la Policía Federal.
Los requisitos para obtener la condición de refugiado son entre otros, demostrar la persecución sobre su persona por motivos de raza, religión, nacionalidad, grupo social u opiniones políticas así como motivos de fuerza mayor como un conflicto bélico.
Una vez concedido el asilo político, el refugiado se garantiza el derecho de residir y trabajar legalmente en Brasil, un derecho que se extiende al cónyuge y miembros de la familia más próximos que lo soliciten.
