No fue una, la devota Emma, sino 40 las esposas que coleccionó Joseph Smith. Así se revela de los documentos que acaba de hacer públicos la dirección de la iglesia mormona.
Sucede que el fundador y patriarca de la Iglesia de los Santos de los Últimos Días construyó parte de su prestigio a partir del amor incondicional y exclusivo que supuestamente dedicó a su mujer.
Ahora sabemos que algunas de las 40 mujeres estaban casadas con otros hombres y una no pasaba de los catorce años.
La noticia no es tanto que Smith fuera polígamo, algo que se sabía desde hace muchos años, sino que su iglesia lo haya admitido de forma oficial por vez primera.
En declaraciones al New York Times, Emily Jensen, mormona y editora de prestigio en Utah, expresa su horror: «Me presentaron a Joseph Smith como una especie de profeta perfecto, e igual que a mí a muchas otras personas».
Con las nuevas revelaciones Jensen denuncia que «Esta no es la iglesia en la que crecí, este no es el Joseph Smith al que amo».
Han sido particularmente dolorosos los párrafos que aluden al dolor y la soledad que sintió Emma.
Las consecuencias de la apertura informativa iniciada por los mormones están por verse.
Muchos fieles se declaran escandalizados ante unos documentos que entierran la supuesta perfección de Joseph Smith.
Un auténtico terremoto en el corazón de un auténtico poder fáctico, omnipresente en el Estado de Utah y que cuenta entre sus filas con ex-candidatos presidenciales como el republicano Mitt Romney y con más de seis millones de fieles en EE.UU y cerca de tres repartidos entre Brasil y México.
