La presidenta reelecta Dilma Rousseff anunció que "hará los deberes" y recortará el gasto público para enfrentar las actuales limitaciones fiscales del gobierno brasileño, así como para reducir la inflación e impulsar el crecimiento económico de la mayor economía de América Latina, que calificó como "nuestro gran desafío".
Durante la primera entrevista tras su reelección, en la que participaron los diarios O Globo, Folha de São Paulo, O Estado de São Paulo y Valor Econômico, la mandataria aseguró por primera vez que pondrá en marcha "un proceso de ajuste de todas las cuentas del gobierno", aunque no detalló las áreas en que se aplicarán dichos recortes ni su cuantía.
No obstante, la jefa del gobierno brasileño dejó entrever que el actual ejecutivo enfrenta dificultades especialmente frente a los gastos de las pensiones por muerte, las ayudas a desempleados y las bonificaciones a trabajadores del Estado.
En la cita con los periodistas que tuvo lugar este jueves en el palacio presidencial de Planalto, Rousseff sacó a relucir su formación como economista y explicó que las restricciones fiscales forman parte de los planes estratégicos de la nueva legislatura "para hacer toda una política anticíclica que podría ser necesaria ahora".
Ante las críticas que varios medios brasileños lanzaron este jueves por la supuesta ocultación de datos comprometedores durante la campaña electoral, entre ellos el aumento de la pobreza extrema, la presidenta de Brasil alegó problemas estadísticos.
"Cuando fuimos a ver a las personas de renta cero (…) vimos que el 84,3% tenían abastecimiento de agua, el 73% tenían servicios de alcantarillado, el 5,3% formación superior completa (…) pueden ser personas negándose a declarar renta, solo eso".
La presidenta de la quinta mayor economía del mundo desestimó el riesgo de racionamiento energético por causa de la sequía que afecta a varias zonas del país y negó que el país esté perdiendo atractivo frente a los inversores.
"(Brasil) es el quinto país del mundo receptor de inversión directa extranjera", señaló Rousseff.
Preguntada sobre la posibilidad de una reducción en el número de ministerios, la jefa del Ejecutivo brasileño defendió caso por caso las 24 carteras ministeriales e hizo patente su intención de mantener intacto el actual organigrama ministerial.
La candidata del Partido de los Trabajadores reelecta el pasado 26 de octubre también aprovechó la cita con los periodistas para lamentar la actual gestión económica del gobierno de Estados Unidos. En concreto, Rousseff criticó al Ejecutivo de Barack Obama por su actitud contradictoria en materia económica y por su rol en la abrupta caída del precio del petróleo, el hierro y la soja en los últimos cuatro meses, tres rubros cruciales en las exportaciones brasileñas.
"Decían 'no salven las empresas privadas', y ellos van y salvan a todo el sector automovilístico (…) decían 'no salven bancos ni emitan títulos para salvarlos', y ellos van, emiten y salvan", declaró la mandataria.
El deterioro de la economía brasileña ocupó una posición central en la última campaña electoral y es actualmente una de las principales preocupaciones en Brasil. Este lunes los analistas del Banco Central rebajaron la previsión de crecimiento económico de Brasil al 0,24%, mientras que este viernes el dato oficial sobre la evolución de los precios entre enero y octubre situó la inflación en el 5,05%, cerca de la línea roja establecida por el gobierno en el 6,5%.
