(Actualizada a las 03.28 hora de Moscú)
Los 43 estudiantes desaparecidos desde la noche del 26 de septiembre en Iguala, estado mexicano de Guerrero, fueron detenidos por policías y entregados a un grupo narcotraficante que los asesinó y los quemó con diesel, de acuerdo con confesiones de detenidos, dijo este viernes el Procurador General de México (fiscal federal), Jesús Murillo.
Los vídeos con las confesiones de tres miembros del cártel Guerreros Unidos -presentados en una conferencia de prensa- indican que un grupo de más de 40 personas les fue entregado a los narcotraficantes por policías de Iguala (200 km al sur) y policías del vecino municipio Cocula, por orden del alcalde José Luis Abarca, detenido el martes.
"No tengo ninguna duda de que allí hubo un homicidio masivo, tengo indicios de que pueden ser (los estudiantes desaparecidos); pero para manejarnos con certezas necesitamos las pruebas periciales", dijo el Procurador.
"El alto nivel de degradación de los restos hace muy difícil la extracción de ADN que permita la identificación, pero no escatimaremos esfuerzos", aseguró.
Los estudiantes llegaron de dos autobuses a Iguala, de acuerdo con los sobrevivientes, para preparar un viaje a Ciudad de México a la conmemoración anual de la masacre estudiantes universitarios del 2 de octubre de 1968.
Abarca dio la orden de contener a esas personas mientras su esposa ofrecía un informe de labores. Los policías atacaron a balazos a los jóvenes y privaron de la vida a tres estudiantes, y a otras tres de un equipo de fútbol de tercera división.
Después del primer incidente, policías municipales detuvieron con violencia a los jóvenes, y los trasladaron a la sede policial. Con ayuda de policías de Cocula, en Loma de Coyote fueron entregados a los sicarios que confesaron los asesinatos.
El caso ha causado consternación en México y el gobierno de Enrique Peña ha estado bajo presión de la ONU, la OEA, EEUU, la Unión Europea y organismos como Amnistía Internacional y Human Rights Watch, entre otros, para esclarecerlo.
