Los enfrentamientos del viernes entre palestinos y policías israelíes han acabado con diversos heridos.
Los incidentes más graves de la jornada, en la que el movimiento palestino Fatá había convocado el Día de la Ira “contra las provocaciones de Israel”, se han producido en Cisjordania, en el control militar de Qalandia, cerca de Ramala.
Al menos ocho palestinos han resultado heridos por disparos de la policía de fronteras, según la agencia palestina Maan. Decenas de palestinos —varios han lanzado piedras y cócteles molotov— han sufrido heridas por balas de goma o se han intoxicado con gases lacrimógenos.
Todo estaba dispuesto para reprimir grandes disturbios el viernes, tras el jueves violento, en el que los barrios palestinos de Jerusalén este, ocupado por Israel, ardieron en protestas por el cierre de la Explanada de las Mezquitas y la muerte de un palestino a manos de la policía. El muerto era el presunto autor del intento de asesinato del rabino extremista Yehuda Glick.
Pero una abundante lluvia ha ahogado la mayoría de los incidentes previstos. Aún así, se han resgistrado enfrentamientos entre la policía y jóvenes palestinos en los barrios de Silwan y Wadi al-Joz, donde han sido arrestados diez jóvenes, según Maan. En la Ciudad Vieja, unos chicos han intentado acceder por la fuerza a la Explanada y se han enfrentado a la policía.
El barrio de Abu Tor, en Jerusalén este, ha estado bastante tranquilo tras los disturbios del jueves, después de que la policía matara a Mutaz Hijazi, de 32 años y presunto agresor de Glick.
El informe inicial de la autopsia de su cadáver indica que recibió al menos 20 balazos de los policías que fueron a su casa a arrestarlo, según la asociación palestina Addameer, que trabaja por los derechos de los presos palestinos.
