Johann Lamont, líder del Partido Laborista en Escocia, ha renunciado a su cargo con efecto inmediato tras acusar a la formación que dirige Ed Miliband de abuso de poder e incomprensión de la situación al norte de la frontera.
"Escocia ha cambiado después del referéndum", reconoce en una entrevista en el diario Daily Record, donde anuncia su decisión y descarga sus críticas contra los parlamentarios escoceses en Westminster y la dirección central del partido.
"Los colegas han de aceptar que el foco de la política escocesa está en Holyrood, no en Westminster", resalta en referencia a los parlamentos de Escocia y Reino Unido, respectivamente.
Los laboristas lideraron la campaña unionista que ganó el referéndum independista escocés, el pasado septiembre. Pero Lamont se mantuvo en la retaguardia, eclipsada por diputados de su propia formación, incluido el anterior primer ministro Gordon Brown.
La victoria sin embargo está siendo amarga para el laborismo en Escocia, que colea en los sondeos de opinión mientras el Partido Nacionalista crece en apoyos a pesar del fracaso de su ambición soberanista.
Lamont reclama más autonomía para los laboristas en Escocia, tanto en la toma de decisiones como en el control de los recursos.
"El Partido Laborista debe reconocer que el partido escocés ha de ser autónomo, no solo una sucursal de Londres".
El diputado de Westminster Anas Sarwar ha tomado las riendas de la formación hasta la selección del nuevo líder del laborismo en Escocia. El propio Brown y el también parlamentario Jim Murphy, fuertes protagonistas ambos en la campaña del referéndum, se mencionan en foros de Internet como posibles candidatos a cubrir el cargo vacante.
Lamont, de 56 años, aceptó el liderazgo tras el derrumbe electoral de los laboristas en las autonómicas de 2011. Seguirá como diputada en Holyrood de un distrito de Glasgow que representa desde 1999.
La crisis de liderazgo y la brecha entre Edimburgo y Londres se produce a seis meses de las elecciones generales. Un pobre resultado en Escocia puede inclinar decisivamente la balanza a favor de los conservadores en un contexto crecientemente incierto dado el avance de formaciones con objetivos secesionistas respecto al Reino Unido o la Unión Europea.
