Representantes del Gobierno de Hong Kong y del movimiento estudiantil prodemocrático se reúnen hoy por primera vez después de tres semanas de crisis durante las que se han cortado calles, ocupado espacios vitales y producido enfrentamientos poco habituales en el paisaje de la excolonia.
El Gobierno ha insistido en las horas previas que Pekín no cederá en las reclamaciones y los estudiantes han rechazado el desalojo de las calles, así que las posibilidades de éxito son escasas.
La reunión se celebrará a las 18.00 (hora local) entre cinco representantes de cada bando y con la ausencia del jefe ejecutivo, CY Leung, al que los estudiantes exigen su dimisión. Será retransmitida en directo por la voluntad de luz y taquígrafos de los estudiantes y se podrá ver en grandes pantallas colocadas en las tres zonas ocupadas.
Los representantes estudiantiles, apenas veinteañeros que se las verán con bregados políticos, han recibido en las últimas horas un "entrenamiento intensivo" de reconocidos demócratas como el antiguo secretario de Justicia, Wong Yan-lung, o el histórico miembro del Partido Democrático, Martin Lee Chu-ming, según ha informado el diario hongkonés South China Morning Post.
Hay pocas expectativas de que las negociaciones arreglen el conflicto por la gran distancia que separa a ambos bandos. Los estudiantes reclaman un sufragio universal con libre elección de candidatos en 2017 en lugar del filtro previsto que permitiría votar sólo a dos o tres opciones afines a Pekín. Leung ha repetido que el debate debe de moverse siempre dentro de los límites de la Ley Básica (la miniconstitución de la isla) y las decisiones del Partido Comunista de China, que no prevén la reclamación estudiantil.
Ante el más que probable fracaso de las negociaciones y la posible reacción violenta de los estudiantes, las autoridades han desplegado 2.000 policías en las calles. Las protestas se han ejercido normalmente en un clima pacífico y lúdico, pero los estudiantes se han enfrentado ocasionalmente a la policía y a matones contrarios a las ocupaciones.
"No funcionarán porque nadie puede representar a los estudiantes, el movimiento se ha individualizado y los líderes han perdido mucho apoyo. Todos queremos lo mismo: unas elecciones justas y la democracia que nos prometieron. Sin ese resultado, no nos iremos", dice por teléfono Wei Zhen, azafata de vuelo y habitual de las protestas.
Las horas previas han venido marcadas por las declaraciones de Leung. El Jefe Ejecutivo ha rechazado la libre elección de candidatos porque eso daría el poder a los pobres, un razonamiento ciertamente extraño en un país aún nominalmente comunista. "Si es sólo un juego de números y de representación numérica, entonces obviamente hablamos de la mitad de la población de Hong Kong que gana menos de 1.800 dólares mensuales", ha dicho en una entrevista a medios internacionales, además de subrayar los peligros del populismo y la necesidad de defender a las minorías.
Las declaraciones no habrán alegrado a los estudiantes, con dificultades crecientes no solo para comprar sino incluso para alquilar un apartamento debido a la burbuja inmobiliaria. Hay pocas sociedades que presenten mayores desigualdades que la hongkonesa, con el mayor número de multimillonarios por metro cuadrado del mundo y otros millones hacinados en infraviviendas. Casi el 20% de la población está por debajo del umbral de pobreza que fijó la excolonia en septiembre pasado.
