El presidente Vladímir Putin presidió el miércoles una reunión de la Mesa del Consejo de Estado dedicada a la red de carreteras en Rusia y expresó su disgusto por la relación precio-calidad, escribe este jueves Novie Izvestia.
A pesar de los numerosos programas aprobados y la Estrategia de desarrollo del transporte hasta 2030, las carreteras rusas, sobre todo en las regiones apartadas del centro, dejan mucho que desear mientras que las inversiones en su construcción siguen siendo considerables.
El diario recuerda que el informe sobre la competitividad global, elaborado el año pasado por el Foro Económico Mundial, situó a Rusia en el lugar número 136 –de los 144 en total– por la calidad de sus carreteras.
Los cálculos del coste de las carreteras rusas arrojan que Rusia es el líder mundial en este indicador.
Actualmente la autopista más cara del mundo se encuentra precisamente en Rusia. Se trata de la pista combinada automovilística y ferroviaria Sochi–Krasnaya Poliana de 48 kilómetros de largo. Costó 7.155 millones de dólares.
Algo más barato –5.711 millones– cuesta el proyecto del puente a través del estrecho de Kerch que separa la península de Crimea del territorio de Rusia. El puente mide 19 kilómetros de largo y su tendido se debatió activamente en el Consejo de Estado.
