A pesar de haber sido una constante durante toda la campaña, la tensión entre la actual presidenta y candidata a la reelección por el Partido de los Trabajadores (PT), Dilma Rousseff, y la candidata del Partido Socialista de Brasil (PSB), Marina Silva, llegó en la madrugada de ayer a su punto más alto durante el último debate televisivo de los candidatos previo a los comicios del próximo domingo 5 de octubre.
"Hablas de manera atropellada", llegó a espetarle la candidata socialista a Rousseff durante uno de los cara a cara del debate a raíz de una acusación de la presidenta al respecto de la gestión de Marina Silva en el Ministerio de Medio Ambiente en el gobierno de Lula da Silva, en el que ambas fueron ministras.
Poco después, una discusión sobre el papel del Banco Central en la economía de Brasil provocó que Marina Silva cuestionase la experiencia política de Dilma Rousseff.
"Está hablando la Dilma de las elecciones, no la Dilma de las convicciones que por no tener experiencia política confunde los poderes", declaró Silva.
Airada, la presidenta respondió: "¿Acaso insinúas que una persona que no hizo una carrera política no puede ser presidente?"
La discusión se prolongó incluso por encima del tiempo permitido para la réplica y el moderador del debate tuvo que apagar los micrófonos y solicitar a las candidatas que se retornasen a sus asientos para proseguir con el programa.
Por su parte, la estrategia durante el debate de Dilma Rousseff fue evitar a toda costa el enfrentamiento con Marina Silva y polarizar el debate con Aécio Neves, un rival más apetecible en un eventual segundo plano.
De esta forma, la presidenta evitó otorgar protagonismo a Marina Silva que llega muy debilitada a la recta final de las elecciones en favor del "tucano", como se conoce a los miembros del PSDB, quien optó por medirse por igual con ambas candidatas.
En las últimas semanas, las acusaciones de Marina Silva a la presidenta por el escándalo de corrupción de Petrobras ocuparon gran parte de los discursos electorales de la candidata del PSB que afirmó "no creer que Dilma no tuviese conocimiento de las actividades ilegales en la petrolera".
Además, Silva exigió a la presidenta pedir disculpas al pueblo brasileño por "haber mantenido 12 años" al exdirector acusado de corrupción, Paulo Roberto Costa, al frente de la petrolera.
