Europa se arma de leyes para enfrentarse a sus yihadistas

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Luis Alberto Rivas - Sputnik Mundo
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Europa Occidental empieza a reaccionar con mucho retraso a la amenaza yihadista adaptando sus leyes a una realidad que otros países habían hecho frente hace ya años.

Las autoridades belgas han conseguido arrestar a dos personas que planeaban lleva a cabo un atentado en la sede de la Unión Europea, en Bruselas. Según las pocas informaciones filtradas a la prensa, dos belgas de origen turco que habrían sido formados militarmente en Siria, planeaban entrar en el hall del edificio comunitario y disparar contra el mayor número de personas. El mismo método que el utilizado por otro yihadista europeo, el franco-argelino Mehdi Nemmouche, en la matanza del Museo Judío de Bruselas que se cobró la vida de cuatro personas.

Un atentado en la capital europea supondría un hito para la acción de los yihadistas europeos entrenados en Siria e Irak y retornados a sus países de origen. La Unión Europea no ha encontrado todavía un plan de acción común contra ese peligro. En sus reuniones para tratar el asunto, los países miembros intercambiaron informaciones y datos, pero cada país parece seguir su propia estrategia.

Francia ha aprobado recientemente una ley anti-yihad con varias medidas concretas. Entre ellas, la posibilidad de confiscar el pasaporte y el documento nacional de identidad a aquellas personas sospechosas de querer viajar a Siria e Irak para integrar las filas de los grupos que se disputan la hegemonía islamista en la zona.

Los legisladores franceses han aprobado también la creación del supuesto de «empresa terrorista individual». En la ley francesa, los llamados «lobos solitarios», no vinculados-aparentemente — a organización alguna, escapaban al apartado «asociacion de dlincuentes» que ya existe en el código penal.

París pretende también luchar contra el proselitismo que los fundamentalistas hacen a través de las redes sociales, y, en especial, facebook, el vector de propaganda favorito de la juventud yihadista. Pero en este punto encontrarán más dificultades. No existe de momento un acuerdo entre las grandes compañías norteamericanas que explotan estas redes y los gobiernos que intentan frenar la propaganda radical. Además, ha quienes consideran que atacar esas redes supondría un atentado contra la libertad de expresión.

Francia ostenta el triste récord europeo en número de combatientes nacionales en Siria. Casi mil ciudadanos de ese país están integrados en organizaciones como Jabhat al-Nusra, cercano a Al Qaeda o en su rival, el llamado Estado Islámico. El Ministro francés del Interior, Bernard Cazeneuve señaló que de los 930 « voluntarios » franceses que luchan en Oriente Próximo, más de 200 querrían volver a su país. De los 113 ya retornados, 51 han sido encarcelados. Cerca de 40 ciudadanos franceses habrían perecido en combate, también según el MInistro del Interior. La participación de Francia en los bombardeos a posiciones del Estado Islámico en Irak, ha elevado el grado de alarma en el Hexágono. Los líderes del Califato han llamado a sus seguidores a atentar contra los cidadanos franceses en represalia por la intervención de los aviones «Rafale» franceses.

Alemania quiere insistir también sobre el delito de propaganda y toda actividad de apoyo y reclutamiento de voluntarios. Berlín va a utilizar para ello una ley que sanciona las actividades de organizaciones que actúan contra «el orden constitucional» y «el principio de entente entre los pueblos». Infiltrar a las redes yihadistas a través de internet es otra de las vías que la policía belga podrá desarrollar también. El gobierno británico pretende ir más allá y planea desposeer del pasaporte a aquellos yihadistas con doble nacionalidad. Es la medida más radical y más sensible para las comunidades de origen extranjero en suelo europeo. Holanda ya aprobó esta medida a finales de agosto.

Barrios salafistas en el corazón de la UE

El resto de países de la UE intenta reaccionar al yihadismo nacional endureciendo su legislación según las circunstancias propias. Muchos países reaccionan ahora sobre una deriva que muchos veían venir desde hace tiempo, pero que la ingenuidad política y lo políticamente correcto han logrado esconder. En muchas ciudades de Europa los grupos salafistas controlan desde hace años barrios enteros, donde imponen su ley. En Alemania, la Canciller Angela Merkel se dijo espantada al descubrir las fotos de una patrulla de «policía salafista» en la ciudad de Wuppertal, que recorría las calles censurando la actitud y la vestimenta de las mujeres, o reclamando a los ciudadanos  no beber alcohol ni entrar en las discotecas.

Barrios y actitudes como las de esta ciudad alemana existen en otras urbes europeas. Los cálculos electoralistas, el clientelismo y la falta de coraje para hacer frente al problema de los partidos tradicionales han dejado en manos de otras formaciones – consideradas de extrema derecha- la denuncia de la desapacición del Estado en territorios  «tomados» por el salafismo.

Europa Occidental empieza a reaccionar con mucho retraso a la amenaza yihadista adaptando sus leyes a una realidad que otros países habían hecho frente hace ya años. Entonces, la «Europa de las libertades» criticaba todavía las medidas «liberticidas» a las que ahora recurre con urgencia.

*Luis Rivas, periodista. Ex corresponsal de TVE en Moscú y Budapest. Dirigió los servicios informativos del canal de TV europeo EuroNews. Vive en Francia desde hace más de 20 años.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK

 

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