El proyecto "corredor sur de gas" que realiza Azerbaiyán es un ejemplo de competencia comercial adecuada, pero no podrá sustituir el gas de Rusia en Europa, considera el representante del Consejo de Federación Evgueni Tarló.
El pasado sábado tuvo lugar en Bakú la ceremonia oficial de inauguración del proyecto "corredor sur de gas" que prevé para 2019 la construcción del sistema de gasoductos TANAP-TAP desde un yacimiento de Azerbaiyán hasta el sur de Italia. Las tuberías pasarán por Georgia, Turquía, Grecia y Albania y trasladarán unos 6.000 millones de metros cúbicos de gas a Turquía y unos 10.000 millones de metros cúbicos a Europa.
El presidente de Azerbaiyán, Iljam Alíev, declaró anteriormente que este proyecto garantizará la seguridad energética de Europa y beneficiará a todos los países implicados.
"Es el derecho legítimo de Azerbaiyán de extraer sus recursos naturales y comercializarlos," afirmó Tarló, quien considera que el proyecto debe ser valorado como ejemplo de competencia en el mercado de gas natural y no desde el punto de vista de las pérdidas potenciales de Rusia.
El especialista aseguró que Azerbaiyán es una nación amistosa y socio de Rusia en la CEE, además subrayó que el país "no ocupará un gran espacio del mercado" y no podrá reemplazar el gas ruso.
"Hace rato que debimos construir refinerías de petróleo y la producción de derivados del gas, vender el producto definitivo y los artículos de química orgánica", señaló Tarló, añadiendo que para Rusia la situación refleja la necesidad de diversificar los mercados y vender no solo materia prima.
El experto insistió que las pérdidas económicas causadas por el conflicto en Ucrania para Moscú son considerablemente mayores que las que puede representar cualquier proyecto.
