El palacio de Buckingham ha reafirmado la "imparcialidad" de la reina Isabel en cuestiones políticas y constitucionales, echando un jarro de agua fría sobre los políticos unionistas que presionan por la interferencia de la Jefa del Reino Unido en el referéndum sobre la independencia de Escocia.
"La monarca está por encima de la política y aquellos con un cargo político tienen el deber de asegurar que esta posición permanece así", señala el portavoz de la Casa Real británica en un comunicado difundido en las últimas horas.
El auge del ´sí´ a la independencia, según coinciden los sondeos desde el pasado fin de semana, ha roto la confianza en la eficacia de la campaña unionista, enfocada hasta la fecha a infundir temor en el electorado escocés sobre las consecuencias de la escisión del resto de Reino Unido.
Los nacionalistas, en cambio, insisten en un mensaje positivo que pone el énfasis en la riqueza en recursos humanos y naturales de Escocia y en las perspectivas de prosperidad e igualdad social de una trayectoria no supeditada a las decisiones tomadas en Londres.
Según el diario conservador The Telegraph, diputados de los principales partidos de Westminster están presionando al primer ministro David Cameron para que solicite una intervención pública de la Reina a favor de la unión.
Hay un precedente del interés de Isabel II en cuestiones constitucionales. La reina rompió su característico silencio en temas de actualidad política, en 1977, cuando conmemoraba su jubileo de plata y el electorado se dividía sobre la cesión de autonomía a Escocia y Gales, que finalmente fue no obtuvo una mayoría suficiente en sendos referendos meses celebrados meses después.
En un discurso de mucha pompa, frente a lores y diputados congregados en el gran salón de Westminster, Isabel II dijo sorprendentemente: "No puedo olvidar que fui coronada Reina del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte. Quizás, este jubileo es el momento oportuno para recodar los beneficios que la unión nos ha conferido, en casa y en nuestras relaciones internacionales, a los habitantes de todas las partes de Reino Unido".
La reina tiene un profundo apego por Escocia. Es la cuna de su madre y el emplazamiento del único castillo que sigue bajo su propiedad privada. Balmoral lo adquirió el príncipe Alberto en obsequio de la reina Victoria y allí veranea su sucesora todos los años. Es muy probable que Isabel II continúe en Balmoral cuando le comuniquen el resultado del referendo, el 19 de septiembre.
El jefe del gobierno autonómico, Alex Salmond, quiere que Isabel II reine sobre una Escocia independiente. La victoria del ´sí´ romperá tres siglos de unión de los parlamentos de Westminster y Edimburgo, pero dejará teóricamente intacta la unión de las coronas inglesa y escocesa sellada en 1603. "Creo que su majestad se sentirá muy orgullosa de ser Reina de los Escoceses", afirma Salmond que se reúne periódicamente con la Jefe del Estado en su calidad de ministro principal de Escocia.
