Un convoy de 280 camiones con ayuda humanitaria para el sureste ucraniano partió la víspera de la provincia de Moscú, tras recibir el Ministerio de Exteriores ruso la respectiva autorización de las autoridades ucranianas, que también se comprometieron a garantizar la seguridad de la columna, de tres kilómetros de largo, escribe Rossiyskaya Gazeta.
La parte ucraniana garantizó la seguridad de la columna de vehículos que fueron pintados de blanco para destacar en las carreteras ucranianas y no convertirse en blanco de fuego artillero.
Según el portavoz de Putin, Dmitri Peskov, el convoy cruzará la frontera ucraniana en un punto que fue previamente acordado con la parte receptora.
Los camiones no están escoltados por militares, precisó Peskov.
Al mismo tiempo, hasta el momento no se ha hecho público el destino final del convoy con la ayuda humanitaria. Según el Ministerio de Emergencias ruso, este asunto todavía no fue aclarado del todo con Kiev y la Cruz Roja.
El expresidente ucraniano, Leonid Kuchma, dijo la víspera que se prevé que el convoy llegue a la provincia de Járkov, limítrofe con Rusia, y de allí continúe el trayecto hacia Lugansk.
El politólogo Kost Bondarenko opina que el envío de la ayuda humanitaria rusa pone en un apuro a Ucrania. Si Kiev la acepta, reconocerá que Rusia no es un país agresor y si la rechaza, parecerá que ignora los problemas del este.
